Las imágenes captadas por las primitivas cámaras fotográficas del siglo XIX tienen una magia, un encanto especial que nos cautivan. Ese mundo en sepia hace que nos pongamos soñadores y nostálgicos. Ya nos muestren imágenes de personas o de paisajes tienen el poder evocador de trasladarnos a aquellas épocas. Nos fascina ver de primera mano, sin pasar por el tamiz de la mente de un pintor, cómo vestían esas gentes, cómo era entonces tal o cual calle de nuestra ciudad o cómo han cambiado los tiempos.
De fotografía sabemos en este archivo. Podemos catalogar a nuestra colección gráfica de excelente y más cuando en 2005 el Ayuntamiento de Burgos se hizo con la colección fotográfica del artista burgalés Juan Antonio Cortés. Aficionado a esta nueva técnica, nos dejó para la posteridad ese Burgos decimonónico que de otra manera no hubiéramos podido conocer de tan primera mano.
Pasa y contempla con nosotros ese Burgos y sus personajes que un día existieron y nunca volverán.