El viernes 17 de octubre el Archivo se oscureció con la
terrible noticia de que nuestra compañera Chus había fallecido.
Fue así de repente, sin avisar. Así, de repente, sin avisar,
llegó también la desolación a nuestros corazones, esos que aún seguían latiendo,
pero ahora rotos por el dolor.
Aunque estamos aún embarcados en
esa incredulidad que te permite ir sobrellevándolo, sabemos que la vamos a
echar mucho de menos. Vamos a echar de menos su dinamismo, su alegría, su no
parar, ni callarse.“Chus, para y cállate
un poco que nos estás mareando”, cuántas veces se lo hemos dicho. Ella se reía y
seguía, seguía …con esa capacidad que solo ella tenía de hacer más de
tres cosas a la vez y además hacerlas
bien.