viernes, 9 de enero de 2015

Alfonso VIII, el rey "burgalés" Parte II

Continuamos con la vida de Alfonso VIII y su esposa Leonor donde los dejamos al final de la primera parte. Castilla estaba siendo atacada por un triple frente enemigo que venía por otros tantos puntos cardinales: este, sur y oeste.
Eran momentos duros para el reino que terminaba de sufrir una dura derrota en la batalla de Alarcos frente a las huestes musulmanas. Solamente el buen hacer diplomático tanto del rey, como de la reina conseguirá no solo aguantar este duro revés, sino resurgir con más fuerza para convertirse, como veremos, en el reino más poderoso de los cinco peninsulares.

A pesar del mucho esfuerzo y el desgaste que supuso, Castilla se defendió bien del triple ataque enemigo gracias al juego diplomático.
Alfonso consiguió una tregua con los musulmanes que duró hasta 1210 y las mediaciones de la reina hicieron que el conflicto con León terminase gracias a la boda de su primogénita doña Berenguela con el rey Alfonso IX de León en 1197. Matrimonio que duró hasta que el papa Inocencio III lo disolvió en 1204 por razones de consanguinidad.
Berenguela regresó junto a sus hijos a la corte de sus padres en Castilla, ese mismo año su madre dio a luz a su último hijo, Enrique I a los 44 años.
Por si éramos pocos parió la abuela
Por otra parte, no todo fueron alabanzas para el llamado rey Bueno, el papa le envió una durísima carta reprochándole el haber concertado el matrimonio de su hija y el rey de León.
… "a Alfonso, rey de Castilla […] envolviste al mismo rey (Alfonso IX) te aprovechaste de su simplicidad y con pequeño costo para tu reino. Tú has recibido los más y mejores castillos del reino leonés a nombre de tu hija. […] te mandamos que desenredes todos los lazos […] y que recibas y reclames a tu hija para que abandone los abrazos incestuosos, pueda tener en el Señor un matrimonio. De lo contrario requeriré tu alma, la de tu hija y la de su rey, procederé como me pareciere contra ti y contra tu reino" ...
En 1211 las hostilidades se reanudaron y los almohades con el nuevo califa a la cabeza Muhámad an Násir, conocido con el sobrenombre de Miramamolín, llamaron a su pueblo a la guerra santa y después de haber reunido un ejército numeroso y poderoso tomaron Salvatierra lo que causó una profunda impresión en Alfonso VIII y conmocionó igualmente a toda la cristiandad.

Alfonso VIII junto con su hijo el infante don Fernando llamó a la cruzada no solo a los reinos peninsulares, sino a los extranjeros ultramontanos: Francia, Provenza, Aquitania, Gascuña y Poitou. Envío una embajada al Papa que respondió llamando a los reinos cristianos a unirse a la cruzada y dirigirse a Castilla.
El 16 de julio de 1212 tuvo lugar la batalla de las Navas de Tolosa. En la que de nuevo participó personalmente Alfonso VIII, al igual que el de Navarra y Aragón.
Escribía el arzobispo de Toledo Jiménez de Rada que participó en ella:
"Contemplando la batalla [Alfonso VIII] y viendo que algunos del pueblo no se comportaban como era debido y oyéndolo todos dijo al arzobispo de Toledo":
“muramos aquí yo y vos”. Éste le respondió: “de ninguna manera; al contrario aquí venceréis a vuestros enemigos” … De nuevo exclamó el rey: “Muramos aquí arzobispo, la muerte en estas circunstancias no es deshonrosa”.
No solo no murieron, sino que la victoria fue total; el enemigo musulmán quedó absolutamente deshecho y el ejército volatilizado. Aquí comenzó el final del imperio almohade.
Con la gran victoria de las Navas de Tolosa se puede decir que se cierra el reinado de Alfonso VIII, un largo reinado de 45 años, desde su mayoría de edad y de 56 si contabilizamos los 11 de su minoría de edad.
A sus 58 años, en 1214, el rey tenía ya mermada la salud como así dice la Crónica latina de los Reyes de Castilla :
"Como se viere ya próximo a la muerte, muy débil de fuerzas, acabado por la vejez y consumido por los muchos trabajos y penas pasadas"…
Entre esas penas una de las más grandes fue la muerte de su hijo el infante don Fernando el año anterior con 22 años.

En septiembre de 1214 el rey dejó Burgos por última vez y el 6 de octubre, en tierras abulenses, el rey falleció de unas altas fiebres, en presencia de la reina doña Leonor, de su hija doña Berenguela, de su hijo y heredero el infante Enrique, así como de sus nietos. Alfonso no dudó en dejar al frente del gobierno y de la tutoría del pequeño Enrique a su esposa, lo que no podía imaginar es que Leonor, enferma de cuartanas, fallecería 25 días después de su esposo.

La noticia de la muerte de Alfonso el Bueno corrió por todos los rincones de Castilla. La mayoría de sus pobladores no habían tenido más rey que Alfonso VIII (55 años), ni más reina que Leonor (44 años).
Los cronistas resaltan la multitud de gentes venidas de las ciudades y de las aldeas y sobre todo la reacción de tristeza y angustia al verse privadas de tal rey.
"Castilla tiene causa de estupor perpetuo hasta que este mundo perdure (Crónica latina de los Reyes de Castilla)"
Alfonso VIII con sus medidas y actuaciones convirtió al joven reino de Castilla, en el reino
hegemónico y principal de entre los cinco reinos peninsulares.
Además hay que añadir que los logros culturales alcanzados en esta época no son menores que los políticos. En efecto, llega a Castilla el famoso "renacimiento del siglo XII". Se fundó la universidad de Palencia en 1212, la más antigua de las peninsulares.
… “Reunió en Palencia a los maestros de todas las materias, a los que concedió amplias remuneraciones para que el saber de cualquier materia fluyera como el maná en la boca de todo el que deseara aprender". (Jiménez de Rada)
Alfonso VIII de Castilla patrocinó la estancia en su corte de trovadores provenzales, muchos muy famosos, como Peire Vidal, Giraut de Bornelh o Besalú. Seguramente influenciado por su esposa.

El trovador Raimon Vidal de Besalú escribió en occitano:
"Quiero contaros una historia que escuché recitar a un juglar en la corte del rey más sabio que nunca haya habido en cualquier religión, del rey Alfonso de Castilla, que era hospitalario y dulce, juicioso, valiente, cortés y experto en caballería […] hizo reunir en su corte a muchos nobles, caballeros y juglares"…
Además durante su reinado se compusieron obras en castellano tan importantes como El libro de Alexandre y el Poema de Mío Cid, que según el doctor Antonio Sánchez Jiménez fueron patrocinados por el propio Alfonso VIII.

Con todos estos datos podemos concluir que el reinado de Alfonso VIII fue uno de los más importantes de nuestra historia y que junto con su esposa Leonor contribuyó a hacer de Burgos una de las ciudades más sobresalientes del reino, legándonos para la posteridad obras tan grandiosas como las Huelgas, el Hospital del Rey o, como hemos visto, el propio Cantar de Mío Cid. Además quiso quedarse en Burgos por toda la eternidad, junto con sus hijos y esposa, enterrado en el Panteón Real de las Huelgas. Razones todas ellas por las que este rey debe ser tenido por uno de los burgaleses más ilustres.

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