El Archivo Municipal de Burgos custodia la memoria colectiva y el patrimonio documental de nuestra ciudad, es testimonio y garantía de los derechos y obligaciones de los ciudadanos y laboratorio de investigación histórica. Los comportamientos individuales, las realizaciones colectivas y lo más cotidiano se refleja en los documentos que nos permiten viajar en el tiempo, saber de otras gentes y vivir muchas vidas sin movernos de la sala de consulta.
El Archivo Municipal ha nacido y sigue creciendo al ritmo de los acontecimientos históricos y del funcionamiento del Ayuntamiento. Desde el arca de las tres llaves en el Arco de Santa María, desde las buhardillas en la Plaza Mayor o desde el Palacio de Castilfalé, donde habita desde hace más de veinte años, siempre se ha encargado de reunir, conservar, organizar y difundir los documentos del ayer y del hoy producidos y recibidos por el Concejo, el Regimiento o el Ayuntamiento en su actuación como ente jurídico, político y administrativo y en su relación con los ciudadanos y con otras administraciones.
Es guardián cuidadoso de esos documentos en pergamino, en papel, en soporte fotográfico y de sus compañeros más novedosos: los digitales. Sabe que desde el año 931 hablan de privilegios otorgados por los reyes a la ciudad, de impuestos y alcabalas, de compras y ventas, de ordenanzas y bandos que nos permiten una convivencia pacífica y ordenada, de libros de actas que recogen las reuniones de los gobernantes, de presupuestos, de apeos y amojonamientos que fijan los límites de la ciudad, de padrones de habitantes, de nombres de calles, de levas y alistamientos a quintas de los mozos, de fiestas, de ayudas sociales, de vida y muerte, de educación y cultura, de casas construidas, calles empedradas y proyectos no realizados, y de muchos otros temas que conforman esta ciudad y muchos aspectos de nuestras vidas.
El Archivo Municipal de Burgos quiere que los burgaleses sepan que es un archivo para todos.
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