lunes, 18 de agosto de 2014

El día del sol negro

Eclipse solar total en Burgos 1905El 30 de agosto de 1905 Burgos se convirtió en el centro de atención del mundo, al ser señalado por los científicos, junto con Soria, como el lugar desde el que mejor iba a poder contemplarse el eclipse total de sol, visible únicamente en España. Según los cálculos, el fenómeno tendría una duración de tres minutos cuarenta y dos segundos, lapso de tiempo que a ojos del común de los mortales parece insignificante, pero que para los expertos era todo lo contrario.

El Ayuntamiento de la ciudad no desaprovechó la ocasión y, a través de diversas comisiones, programó toda una serie de actos entre los días 27 y 31 de agosto, incluida una corrida de toros y un concurso de tiro de pichón. Entre ellos sobresalía la colocación de la primera piedra del monumento al Cid en la Plaza de Castilla el 29 de agosto, monumento que finalmente no se llegaría a realizar. Incluso se llegó a editar una pequeña guía turística para ilustrar a los visitantes sobre los monumentos que podrían admirar en la ciudad y el resto de la provincia.

Alfonso XIII coloca la primera piedra del monumento al Cid en Plaza de Castilla
El acontecimiento astronómico no sólo atrajo el interés de la comunidad científica internacional, siendo numerosos los observatorios que desplazaron equipos a Burgos para estudiar in situ el fenómeno, sino también el del rey Alfonso XIII, que aceptó la invitación cursada por el Ayuntamiento e hizo acto de presencia en la ciudad la tarde del 28 de agosto. Astrónomos franceses, holandeses, alemanes, belgas e ingleses se instalaron en diversos puntos de la ciudad, como el Campo de Lilaila (al sur de la ciudad, entre Cortes y la Cartuja de Miraflores) o el entonces conocido como Plantío de Arnáiz, acompañados de toda una serie de modernos aparatos y cámaras para estudiar el eclipse que hicieron las delicias de propios y extraños.

Elevación de globos en las fiestas celebradas con motivo del eclipse solar
Dentro de las actividades de observación preparadas, la más que más expectación causó fue la ascensión de tres globos aerostáticos, denominados Júpiter, Urano y Marte, que surcaron el cielo de la ciudad bajo la atenta mirada del numeroso público que se había congregado para contemplar un suceso tan extraordinario. Años más tarde, Emilio Herrera, que pilotaba el Marte, lo calificaría como “la primera aportación de la Aeronáutica a la ciencia astronómica”.

El Rey Alfonso XIII y la Familia Real observan el eclipse total de sol. Dibujo de Marceliano Santa María.Desde el Real Observatorio de Madrid se publicaron unas instrucciones para observarlo. En ellas se explica en qué consiste un eclipse, su utilidad y cómo debía contemplarse, animando a remitir fotografías y notas de la observación como contribución a la ciencia. Si bien en la actualidad se recomienda el uso de unas gafas de polímero de negro y se desaconseja la utilización de dispositivos caseros como diapositivas veladas, cristales ahumados o radiografías, en 1905 eran los llamados anteojos de teatro los elegidos para tal fin.

Como es habitual en nuestra ciudad, el tiempo se convirtió en protagonista y, a punto de iniciarse el eclipse, las nubes cubrieron gran parte del cielo. Nada mejor que la descripción de María Cruz Ebro, que observó el eclipse desde el cerro de San Miguel provista de cristales ahumados con alcanfor, para comprender lo acontecido:
“Sombras medrosas se extendieron sobre los campos. Sentimos frío, un frío escalofriante […] Poco a poco la oscuridad se fue acentuando […] De pronto las nubes se rasgaron y en el azul pálido del firmamento vimos campear un sol desconocido, extraño, de sobrecogedora belleza. Era aquel sol, un sol negro, semejante a un estrella que agujereada en el centro luciese en la periferia su corona de luz”.
Eran las 14 horas, 12 minutos y 13 segundos. El espectáculo había terminado.

2 comentarios:

  1. El 28 de agosto Alfonso XIII coloca la primera piedra del Monumento al Cid en la Plaza de Castilla. ¿Existen imágenes en el Archivo de Burgos? ¿y otro tipo de documentación?
    Gracias y un saludo.

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  2. Buenos días, efectivamente en el Archivo tenemos una serie de fotografías de la colocación de la primera piedra del Monumento al Cid. Una de ellas es la que aparece en esta entrada en la que se ve al rey Alfonso XIII acompañado de la Reina Madre María Cristina y de la Infanta Teresa. Hay una muy interesante en la que se ve a la Reina Madre colocando la piedra.
    Por lo que respecta a la documentación escrita, se conserva el expediente de la Comisión Especial de Festejos de 1905 en el que se decide que se celebre el acto de colocación de la primera piedra. Como bien es sabido, el monumento no se ejecutó y no fue hasta 1955 cuando se produjo la inauguración de la estatua del Cid realizada por Juan Cristóbal González Quesada.
    Todos estos documentos son de consulta libre en el Archivo Municipal de Burgos, C/ Fernán González, 56, de lunes a viernes de 8:30h a 14:30h.

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