La comarca de Las Loras se extiende por las provincias de Burgos,
Palencia y Cantabria. Lo que después se llamó —y aún hoy se sigue llamando— campo petrolífero de Ayoluengo está en La Paramera de La Lora, al noroeste de la provincia de Burgos; se extiende por los páramos de ese pueblo,
por los de Valdeajos, San Adrés de Montearados y Sargentes de la Lora, que es la cabeza de
municipio de todos ellos. Hace cincuenta años, en 1964, brotó de esta tierra petróleo. En una
España en blanco y negro, donde las noticias se conocían por el NO-DO y aislada
del mundo real, el hallazgo del oro negro llenó de sueños a la comarca y a toda
la nación. Los americanos llegaron con toda su tecnología como si hubiese sido en
un guión de Berlanga, con la idea de convertir Castilla en la nueva Texas para
sacar del subdesarrollo a todo un pueblo atrasado, que de repente se imaginaba
ya conduciendo Mercedes y brindando con champán.
Pero, como casi todo en esta piel de toro, salió mal. Resultó que el
petróleo era de mala calidad y no servía para ser refinado, sino solo para
combustión industrial. Además el volumen, que se presumió inagotable, era mucho
más escaso y se encontraba en depósitos aislados que hacían difícil su
explotación.Solo fue un espejismo más —otra quimera—, solo fue la historia de una
frustración.